sábado, 22 de noviembre de 2008

Marosa Di Giorgio en Maestros Bestiales II


El jueves próximo a las 21hs la sesión de los bestiales será sobre Marosa. Les acerco un link con un artículo sobre ella que salió en el suple Las 12 de Página/12 el 17 de noviembre. Analizaremos "Druida"

Si no pueden llegar a través del link, métanlo manualmente en google y va a dar resultado

lunes, 17 de noviembre de 2008

Maestros Bestiales II presenta el texto del próximo jueves

La cita es a las 21hs el jueves 20 de noviembre en el café cultural. El encuentro girará en torno de un cuento bestial, EL NIÑO PROLETARIO de Osvaldo Lamborghini.
Podés encontrarlo en este sitio. Que disfrutes cada palabra en la plenitud de su intensidad.
www.literatura.org/OLamborghini/proletario.html


viernes, 7 de noviembre de 2008

un relato que comentaremos en la sesión de Maestros Bestiales del jueves 13 de noviembre

En esta página se encuentra EL FIORD de Osvaldo Lamborghini, el próximo texto bestial para el taller de los jueves.
www.apocatastasis.com/el-fiord-osvaldo-lamborghini.php

Sugiero que lo leas con un vaso de agua a mano, porque durante la lectura vas a notar que se te reseca la boca, te sudan las manos, te dan palpitaciones y en el cerebro te estallan las palabras como granadas.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Un texto de Maestros Bestiales

LLAMADO DEL DESEOSO

Deseoso es aquel que huye de su madre.
Despedirse es cultivar un rocío para unirlo con la secularidad de la saliva.
La hondura del deseo no va por el secuestro del fruto.
Deseoso es dejar de ver a su madre.
Es la ausencia del sucedido de un día que se prolonga
y es a la noche que esa ausencia se va ahondando como un cuchillo.
En esa ausencia se abre una torre, en esa torre baila un fuego hueco.
Y así se ensancha y la ausencia de la madre es un mar en calma.
Pero el huidizo no ve el cuchillo que le pregunta,
es de la madre, de los postigos asegurados, de quien se huye.
Lo descendido en vieja sangre suena vacío.
La sangre es fría cuando desciende y cuando se esparce circulizada.
La madre es fría y está cumplida.
Si es por la muerte, su peso es doble y ya no nos suelta.
No es por las puertas donde se asoma nuestro abandono.
Es por un claro donde la madre sigue marchando, pero ya no nos sigue.
Es por un claro, allí se ciega y bien nos deja.
Ay del que no marcha esa marcha donde la madre ya no le sigue, ay.
No es deconocerse, el conocerse sigue furioso como en sus días,
pero el seguirlo sería quemarse dos en un árbol,
y ella apetece mirar el árbol como una piedra,
como una piedra con la inscripción de ancianos juegos.
Nuestro deseo no es alcanzar o incorporar un fruto ácido.
El deseoso es el huidizo
y de los cabezazos con nuestras madres cae el planeta centro de mesa
y ¿de que huimos si no es de nuestras madres de quien huimos
que nunca quieren recomenzar el mismo naipe, la misma
noche de igual ijada descomunal?
José Lezama Lima.

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